¿ES LA INFLACIÓN UN IMPUESTO PARA LOS POBRES?

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La inflación es el aumento generalizado y sostenido de todos los bienes y servicios. Se mide a través del IPC (Índice de Precios al Consumo).

Sin entrar a valorar lo adecuado o no de lo que mide y cómo lo hace el Índice de precios al consumo (IPC), lo cierto es que cuando el precio de los bienes y servicios que compramos sube por encima del crecimiento de los salarios, el poder adquisitivo de las personas se ve afectado y su capacidad de compra se verá mermada.

Supongamos que el IPC (índice que refleja las variaciones que experimentan los precios en un período determinado) en un año ha subido el 1,5% y la subida salarial para ese mismo año ha sido de un 0,5%. De media, nuestra capacidad adquisitiva ha perdido un 1%. Es decir, durante ese año hemos podido comprar un 1$¡% menos que en el mismo periodo del año anterior.

Esto tiene sus matizaciones, ya que al ser una cesta de productos, dependiendo de nuestra renta accederemos a unos productos u otros. Y puede ser que adquiramos bienes con una inflación más alta de la media (supongamos alimentación) y que no podamos comprar bienes con una inflación negativa (como ejemplo, supongamos que un periodo han bajado mucho bienes de alta tecnología). Esto haría que las rentas bajas se resintieran más de la inflación que las rentas medias y altas, al tener que dedicar gran parte de su salario a alimentación.

En el caso anterior, todas las rentas bajas de ese país «ficticio» donde suben más los precios de la alimentación que de otros bienes, están pagando un «impuesto» en forma de inflación, al soportar cada año un porcentaje superior que otras capas sociales en forma de subida de precios, que hace que su capacidad de compra disminuya cada año, de mantenerse esa tendencia en los próximos ejercicios.

Y la inflación se convierte en un aumento de impuestos para toda la población cuando en los impuestos como el IRPF se tributa por tramos y estos tramos no son deflactados por la Hacienda Pública, ya que les permite recaudar más año tras año sin aparentemente subir los impuestos.

Esto ocurre, sobre todo, en periodos de inflación alta o media. Supongamos un ejemplo de declaración de la renta con tramos de 1.000 euros/año no se paga nada, 2.000 euros/año se paga un 5% y 2.100 se paga un 6%, 2.200 un 7%….

Si el IPC en un año fuera el 5% y se aplicara como subida generalizada a todos los empleados, los que ganaban 2.000 euros/año pasarán a ganar 2.100 euros/año, pero como les han subido su salario lo mismo que han subido los precios su capacidad adquisitiva ha quedado igual.

¿Pero qué ha pasado en realidad? Que como ha tiene que pagar un 1% de impuestos más, al ganar ahora 2.100 euros y pagar el 6% (antes pagaba el 5%), lo que ha ocurrido es que su capacidad adquisitiva se ha visto mermada en un 1%, sin que aparentmente las autoridad hayan «subido» los impuestos.

Es un efecto de la inflación, por no deflactar las tarifas de los impuestos en el mismo porcentaje que lo hace el IPC.

En este caso, y al ser el IRPF un impuesto progresivo, este efecto afecta mucho más a las clases medias, en épocas de inflación alta o media, ya que hay un tipo máximo, que haría que a las renta muy altas no les afectara al estar topado el tipo a pagar.

Fotos: klausdie, Mediamodifier y mohamed_hassan

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